Playa de A lanzada. Pontevedra!!
Llega la primavera y aunque los días se tornan más largos y aparentemente el campo florece, es otra estación y nos lleva a veces a la mente esa frase tan conocida “Cuantas primaveras veremos?”. Son días para pensar en momentos libres y salir al campo a relajarse. Es cierto que puede ser hasta nostálgico y en momentos de reflexión te pueden venir ideas del pasado:
Que hicimos en nuestros años? Donde hemos enterrado nuestro tiempo? Tenemos la sensación de haber vivido? O quizás no?.
Mira, nos decimos a nosotros mismos, que frío hace en el mundo. Pasarán algunos años y entonces vendrá la espantosa soledad, vendrá con sus muletas la vejez temblona, trayendo consigo la tristeza y el dolor. Perderá sus colores nuestro fantástico mundo, se mustiarán y morirán nuestros sueños, y la amarilla hoja del árbol, asimismo se desprenderá de nosotros.
Que tristeza encontrarse sólo, enteramente sólo y no tener siquiera de que lamentarnos, ni tan siquiera eso. Todo lo que habremos perdido no será nada, nada más que un cero, un simple cero: no era otra cosa que una ilusión.
Parece un relato triste, pero si lo pensamos puede ser reflejo de una realidad virtual. Y es que la primavera es así. Me despido con una fotografía que pude realizar la tarde del viernes santo desde la playa de la lanzada en Pontevedra. Fue un precioso atardecer primaveral en las dunas de esta playa. Una de las más bellas de Galicia y que os recomiendo no dejéis de visitar si viajáis a esta comunidad.
Que hicimos en nuestros años? Donde hemos enterrado nuestro tiempo? Tenemos la sensación de haber vivido? O quizás no?.
Mira, nos decimos a nosotros mismos, que frío hace en el mundo. Pasarán algunos años y entonces vendrá la espantosa soledad, vendrá con sus muletas la vejez temblona, trayendo consigo la tristeza y el dolor. Perderá sus colores nuestro fantástico mundo, se mustiarán y morirán nuestros sueños, y la amarilla hoja del árbol, asimismo se desprenderá de nosotros.
Que tristeza encontrarse sólo, enteramente sólo y no tener siquiera de que lamentarnos, ni tan siquiera eso. Todo lo que habremos perdido no será nada, nada más que un cero, un simple cero: no era otra cosa que una ilusión.
Parece un relato triste, pero si lo pensamos puede ser reflejo de una realidad virtual. Y es que la primavera es así. Me despido con una fotografía que pude realizar la tarde del viernes santo desde la playa de la lanzada en Pontevedra. Fue un precioso atardecer primaveral en las dunas de esta playa. Una de las más bellas de Galicia y que os recomiendo no dejéis de visitar si viajáis a esta comunidad.
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