Conductores Suicidas
La semana pasada hacía referencia a la entrada de 2008 mostrando una bella imagen de la playa viguesa de Samil. Conozco muy bien el tráfico urbano en Vigo por motivos familiares. Esta semana saltaba la trágica imagen de 2 suicidas que asesinaban cruentamente a una familia en una céntrica calle de la ciudad viguesa y dejan 2 hijas huérfanas por el “sin sentido” absurdo de tener en sus manos dos máquinas de matar. 2 hijas de 20 años que tendrán que luchar sin sus padres el resto de sus vidas. No es la primera vez que veo en Vigo las “locuras” al volante en pleno día y con tráfico abundante. Yo mismo he sido víctima del acoso en las temerarias carreteras gallegas. Ahora a esos 2 “suicidas” sólo les impondrán con la nueva normativa como máximo 5 años de prisión. De esos años, probablemente y caso de máxima sanción ni tan siquiera cumplirán un tercio y hasta dudo de que entren en prisión. Creo en mi modesta opinión que igual que está controlada la venta de armas, debería de controlarse la venta de vehículos. Yo estoy en contra de la venta de coches de “alta cilindrada”, porque cosidero absurdo que con la red viaria que en este momento tenemos en nuestro país, se fabriquen máquinas destructivas. Perdonen, pero si el límite máximo es de 120 Kms/hora, porqué fabrican máquinas que alcanzan hasta los 260 Kms/hora?. Objetivamente respeto a las personas que puedan utilizar estos vehículos sin un uso violento y que lo compren por el mero hecho de sentirse más seguros.
Creo que esto trae como consecuencia que las ciudades a veces se convierten en auténticos circuitos de “Fórmula 1”. No es la primera vez que veo convertido en circuitos urbanos a Salamanca y Miróbriga. Tomen cuenta de estas frases y espero que no tengamos que volver a recapitular estas palabras para recordar lo sucedido en Vigo. Lamento ser duro con el tema del tráfico, pero son muchas familias inocentes las que quedan destrozadas y los causantes de estas tragedias quedan finalmente absueltos por lo que en mi entender debería considerarse un “homicidio voluntario”.
La semana pasada hacía referencia a la entrada de 2008 mostrando una bella imagen de la playa viguesa de Samil. Conozco muy bien el tráfico urbano en Vigo por motivos familiares. Esta semana saltaba la trágica imagen de 2 suicidas que asesinaban cruentamente a una familia en una céntrica calle de la ciudad viguesa y dejan 2 hijas huérfanas por el “sin sentido” absurdo de tener en sus manos dos máquinas de matar. 2 hijas de 20 años que tendrán que luchar sin sus padres el resto de sus vidas. No es la primera vez que veo en Vigo las “locuras” al volante en pleno día y con tráfico abundante. Yo mismo he sido víctima del acoso en las temerarias carreteras gallegas. Ahora a esos 2 “suicidas” sólo les impondrán con la nueva normativa como máximo 5 años de prisión. De esos años, probablemente y caso de máxima sanción ni tan siquiera cumplirán un tercio y hasta dudo de que entren en prisión. Creo en mi modesta opinión que igual que está controlada la venta de armas, debería de controlarse la venta de vehículos. Yo estoy en contra de la venta de coches de “alta cilindrada”, porque cosidero absurdo que con la red viaria que en este momento tenemos en nuestro país, se fabriquen máquinas destructivas. Perdonen, pero si el límite máximo es de 120 Kms/hora, porqué fabrican máquinas que alcanzan hasta los 260 Kms/hora?. Objetivamente respeto a las personas que puedan utilizar estos vehículos sin un uso violento y que lo compren por el mero hecho de sentirse más seguros.
Creo que esto trae como consecuencia que las ciudades a veces se convierten en auténticos circuitos de “Fórmula 1”. No es la primera vez que veo convertido en circuitos urbanos a Salamanca y Miróbriga. Tomen cuenta de estas frases y espero que no tengamos que volver a recapitular estas palabras para recordar lo sucedido en Vigo. Lamento ser duro con el tema del tráfico, pero son muchas familias inocentes las que quedan destrozadas y los causantes de estas tragedias quedan finalmente absueltos por lo que en mi entender debería considerarse un “homicidio voluntario”.
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