La gripe porcina.
El ser humano se cree sabio y la máquina más perfecta capaz de dominar el mundo. Sólo en determinadas situaciones descubrimos que podemos ser más vulnerables de lo que nos creemos. Hace un tiempo indeterminado que transmitimos a los cerdos nuestra gripe común y supuso miles de animales muertos, pero el ser humano poco se preocupó del evento porque entre otras cosas ningún ser humano quedó afectado de dicha catástrofe.
Lo que quizás no entraba en el contexto de los seres humanos era que el mecanismo inverso podía suceder y provocar trastornos indeseados en la especie aparentemente más inteligente del mundo. Por una parte se le ha dado un nombre de una cepa apropiado (H1N1), pero lo de la “Gripe A” parece un fenómeno absurdo pareciendo que fuese la primera gripe de la humanidad. Lo de retirar el término “porcino” por ahuyentar a las personas de comer la carne de los cerdos, es aún más absurdo dado que eso provoca en el pensamiento de todos la falta de cultura del ser humano.
Todos sabemos que nada tiene que ver el brote del “virus influenza” mutado del cerdo al hombre con el consumo de dicha carne.
El año pasado y curiosamente padecí un cuadro gripal con febrícula, artralgias y síntomas respiratorios que me resultó extraño dado que hacía más de una década que no padecía una gripe. Pregunté a colegas sobre posibles mutaciones o brotes de gripe y nadie supo contestarme nada de especial.
La semana pasada descubrí por sorpresa que en Brisbane, una conocida ciudad Australiana se había detectado un brote de gripe que lleva ese nombre y que recorrió el mundo entero sin que en ningún medio ni en la literatura científica se hubiese tenido constancia. Dicen que la cepa no difiere en exceso de la actual que tanto asusta a la población.
La “gripe porcina” se descubrió en California y de ahí que tengamos que definir quizás a esta gripe familiarmente como “california” y diferenciarla con el brote “Brisbane”, del cual nadie ha estudiado nada de nada. Es cierto que este brote “california”, transmitido en granjas de Méjico, guarda algunas sorpresas como esos fenómenos autoinmunes que desencadenan cuadros respiratorios exuberantes con complicaciones.
Se ha politizado el propio virus hasta tal punto que ya no se sabe si saben más los epidemiólogos, los médicos en término genérico, los políticos o cualquier ciudadano.
En mi modesto entender ni las vacunas, ni los métodos de prevención conseguirán inmunizar a toda la población, ya que todos sabemos que la gripe común se puede padecer a pesar de las vacunaciones recibidas.
Todos se han centrado en lo que sucederá este invierno en cuanto al número de casos y en las posibles muertes, pero nadie sigue centrándose en cuidar que este nuevo virus mute con otros ya conocidos como el de la gripe aviar, cuya cepa se denomina H5N1 y que causa más de un 60% de mortalidad. Este virus “aviar” está activo por el este asiático y nadie se ha parado a pensar que ambas cepas del virus podrían verse las “caras” y provocar consecuencias aún desconocidas.
Queridos lectores: El ser humano es muy inteligente, pero existen pequeños y diminutos seres como el de la fotografía (virus influenza o de la gripe común), capaces de hacerse dominantes y dominar y aterrorizar al propio mundo.
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