¿Conducen bien los gallegos?
Autor del comentario:
Javier Muñoz Moreno
Localidad: Vigo
Fecha de publicacion: Martes 11 de agosto de 2009
Estos días saltan las alarmas por un incremento de accidentes mortales en la comunidad gallega. Aunque estoy habituado a las tranquilas calles de Ciudad Rodrigo o a veces a las de Salamanca, todas las temporadas que paso en Galicia me llama la atención el caos de tráfico que se organiza en las calles de Vigo. Durante el mes de agosto suelo hacer el trayecto diario desde la calle García Barbón a la playa de Samil. Cada recorrido que efectúo es una aventura. Sería lo más parecido a un sueño de aventuras donde tienes que esquivar desde coches mal estacionados, observar de una forma alucinante como algunos coches pasan a velocidades inadecuadas por delante de los radares fijos, lo cual te hace pensar si les sobran los puntos, el dinero o ambos. En fin, creo que todos los medios que puedan realizarse para evitar el exceso de velocidad serán insuficientes.
Quizás vea algo indignante ver como asociaciones de automovilistas ven en las medidas de la dirección de tráfico un afán recaudatorio cuando puedes ponerte al volante y sin recorrer más de doscientos metros te puedes encontrar con elevada probabilidad una cadena de irregularidades.
Yo creo que los gallegos conducen mal o muy mal y son excesivamente temerarios tanto en vías urbanas como interurbanas y tanto en autopistas como en carreteras nacionales. El respeto a la velocidad especialmente en núcleos urbanos es algo que deja mucho que desear.
Es cierto que en otras comunidades no mejora mucho por desgracia este fenómeno y las consecuencias quedan más que patentes, pero en mi modesta opinión y repitiéndome, creo que el ser humano tiene una capacidad de respuesta al castigo y todos los que se impongan por las autoridades en mejora de nuestra seguridad serán con certeza absoluta y en todos los casos insuficientes.
Autor del comentario:
Javier Muñoz Moreno
Localidad: Vigo
Fecha de publicacion: Martes 11 de agosto de 2009
Estos días saltan las alarmas por un incremento de accidentes mortales en la comunidad gallega. Aunque estoy habituado a las tranquilas calles de Ciudad Rodrigo o a veces a las de Salamanca, todas las temporadas que paso en Galicia me llama la atención el caos de tráfico que se organiza en las calles de Vigo. Durante el mes de agosto suelo hacer el trayecto diario desde la calle García Barbón a la playa de Samil. Cada recorrido que efectúo es una aventura. Sería lo más parecido a un sueño de aventuras donde tienes que esquivar desde coches mal estacionados, observar de una forma alucinante como algunos coches pasan a velocidades inadecuadas por delante de los radares fijos, lo cual te hace pensar si les sobran los puntos, el dinero o ambos. En fin, creo que todos los medios que puedan realizarse para evitar el exceso de velocidad serán insuficientes.
Quizás vea algo indignante ver como asociaciones de automovilistas ven en las medidas de la dirección de tráfico un afán recaudatorio cuando puedes ponerte al volante y sin recorrer más de doscientos metros te puedes encontrar con elevada probabilidad una cadena de irregularidades.
Yo creo que los gallegos conducen mal o muy mal y son excesivamente temerarios tanto en vías urbanas como interurbanas y tanto en autopistas como en carreteras nacionales. El respeto a la velocidad especialmente en núcleos urbanos es algo que deja mucho que desear.
Es cierto que en otras comunidades no mejora mucho por desgracia este fenómeno y las consecuencias quedan más que patentes, pero en mi modesta opinión y repitiéndome, creo que el ser humano tiene una capacidad de respuesta al castigo y todos los que se impongan por las autoridades en mejora de nuestra seguridad serán con certeza absoluta y en todos los casos insuficientes.
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