La reforma de la ley del aborto.
Estos días se debate reformar la ley del aborto. El problema de este tipo de reformas es que está basado en las ideas de políticos, juristas y las presiones de colectivos sociales que defienden el derecho de las mujeres a decidir.
Mi planteamiento de opinión está basado simplemente desde el punto de vista de los profesionales de la medicina, que en sí es el colectivo que, en definitiva es el que tiene que acarrear con muchas de las consecuencias y que por desgracia apenas puede dar su opinión y tener representación en este tipo de reformas.
Cuando estudiaba medicina ya pude conocer que éramos un colectivo muy complejo, donde podía haber minorías con ideas algo abstractas de lo que significa nuestra profesión y sus objetivos.
Nunca pude entender como determinados profesionales hubiesen estudiado una licenciatura y realizado una especialidad para montar clínicas privadas y lucrarse a base destrozar con su instrumental diminutos cuerpos con escasas semanas de vida e indefensos.
Ese es el código de ética que nos enseñaron en las Facultades de Medicina?
Posiblemente no sea muy ético dedicar tu vida profesional a éste tipo de actos, pero por desgracia muchas veces priman los intereses económicos sobre los éticos hacia tu profesión.
Por desgracia, siempre suele suceder que la manipulación de ideas e intereses están por delante de la ética como profesional.
El problema radica en que un acto de este tipo no solo implica a una especialidad sino que abarca desde celadores, equipos de enfermería y especialistas entre los que se incluyen anestesistas, obstetras y ginecólogos.
Un equipo muy complejo entre los cuales con que exista un solo elemento que no quiera ser cómplice de este cruel acto, podría y debería servir para no efectuarse.
Hasta ahora la mayoría de los abortos se realizaban en clínicas privadas, pero con la nueva reforma se pretende llevar el aborto a la sanidad pública lo que puede complicar aún más la libertad de cualquier profesional a tomar su libre decisión.
El código ético de la medicina te da el derecho a no tener que participar en estos eventos violentos con sentencia mortal de un inocente, pero por otro lado se cuestiona la presión social de la actualidad y sus consecuencias legales.
El ejemplo puede surgir en una mujer que aborta en la sanidad pública y de cuyo acto se deriva una complicación que puede acarrear una urgencia, donde se pueden ver implicados profesionales que tienen que intervenir para salvar la vida de la madre, derivada de su anterior decisión de matar una vida inocente.
Es la hipocresía de la vida, vista desde el punto de vista más surrealista.
La célebre frase de: “Nosotras parimos, nosotras decidimos”, queda algo alejado de la realidad, porque ellas no son las únicas que deciden, sino que dejan las decisiones de sus actos en manos de profesionales que en algunas ocasiones, acaban actuando por ética para salvar su propia vida en detrimento de su decisión.
Yo sigo pensando que el aborto es un fenómeno de países subdesarrollados y de nivel sociocultural muy bajos, ya que con la actual evolución de la medicina preventiva, unido a una educación sexual adecuada, deberían haber erradicado este cruel fenómeno social.
La Europa moderna en la que vivimos no parece haber superado ciertos fantasmas y tabúes en la educación que podrían definitivamente finiquitar este tipo de actos suicidas y poner fin a esos escasos profesionales que se lucran a costa de su nula ética profesional.
Una vez más tengo que poner el ejemplo de la cultura de los islandeses y escandinavos como ejemplos de sociedades donde estos fenómenos se consideran en la práctica erradicados.
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