Recuerdos de la alhambra.
Me entristece la noticia publicada el sábado sobre el fraude de la Alambra, porque apenas diez días antes de sufrir mi grave enfermedad que me dejó paralizado para el resto de la vida, allá por agosto de 2001, estuvimos en la puerta de la alhambra en nuestro viaje de novios. Nos habíamos desviado más de 300 kilómetros para conocer esta maravilla. Desconocíamos que era el BBVA quien vendía las entradas. En la puerta de entrada, tanto el personal de taquilla como el personal de seguridad dijo que era imposible entrar. Les explicamos nuestra situación, todos los kilómetros recorridos, pero nos respondían con malas formas, hasta pedimos libro de reclamaciones que nos denegaron y pedimos algún encargado para hablar con él. Este llegó, pero después de una hora de espera y su trato fue desagradable. Quien pensaba que por aquellas fechas podía haber comenzado aquel escándalo. Algunos quizás pudieron entrar sin entrada. Yo no pude, me trataron mal y lo peor de todo, mi posterior enfermedad no me dejará ya conocer esa maravilla. Que tristeza y rabia me ha producido leer esta desagradable noticia.
Me entristece la noticia publicada el sábado sobre el fraude de la Alambra, porque apenas diez días antes de sufrir mi grave enfermedad que me dejó paralizado para el resto de la vida, allá por agosto de 2001, estuvimos en la puerta de la alhambra en nuestro viaje de novios. Nos habíamos desviado más de 300 kilómetros para conocer esta maravilla. Desconocíamos que era el BBVA quien vendía las entradas. En la puerta de entrada, tanto el personal de taquilla como el personal de seguridad dijo que era imposible entrar. Les explicamos nuestra situación, todos los kilómetros recorridos, pero nos respondían con malas formas, hasta pedimos libro de reclamaciones que nos denegaron y pedimos algún encargado para hablar con él. Este llegó, pero después de una hora de espera y su trato fue desagradable. Quien pensaba que por aquellas fechas podía haber comenzado aquel escándalo. Algunos quizás pudieron entrar sin entrada. Yo no pude, me trataron mal y lo peor de todo, mi posterior enfermedad no me dejará ya conocer esa maravilla. Que tristeza y rabia me ha producido leer esta desagradable noticia.
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