Sociedades deshumanizadas
Resulta un poco triste que con el paso de los años te vayas dando cuenta de que el mundo que nos rodea está formado por un conjunto de personas que se relaciona con su entorno en función de sus intereses.
Ya de por sí el día a día es complicado para todos, pero últimamente con el paso de los años se nota que nuestras sociedades se tornan cada día mas individualistas, donde cada persona se centra en sus problemas y se olvida de todo lo que le rodea.
Esto sería un tópico “Standard” ya que conozco a la perfección, al menos en Miróbriga a las personas que me aprecian de verdad, que realmente son pocas, pero siempre existen las excepciones que marcan la parte agradable de ese día a día. Basta con salir de casa para encontrarte la cruel realidad diaria. Esta semana paseando por la calle España y al acercarme a un cajero automático iba ya algo cansado y pregunté a un grupo de personas quien era la última y creo que pudieron apreciar perfectamente mi estado, pero lejos de ayudar, una de ellas me recalcó que no sólo eran ellos si no que tendría que esperar por otras dos que allí no se encontraban. Esto no es la primera vez que me sucede ya que el problema de esperar las conocidas “colas” me ha llevado en ocasiones variadas a volver a casa sin poder comprar u obtener aquello que pretendía. En este sentido quiero dar mi agradecimiento personal a todo el personal del conocido centro comercial “el árbol”, como a todos aquellos por donde paso y me muestran al menos una sonrisa, cada día más difícil de obtener.
No voy a entrar muy explícitamente en el tema de los estacionamientos para discapacitados, porque es algo de todos conocido, afecta no sólo a España si no a gran parte de la sociedad europea y sin una solución real. Este problema siempre he comentado no ser responsabilidad de las autoridades, si no más bien de la sociedad, ya que es algo generalizado, difícil de controlar y sólo y exclusivamente depende de la conciencia social de dichos ciudadanos. Sólo es perceptible por las sociedades muy evolucionadas como las de Europa del Norte.
No obstante estos ejemplos y otros miles son los míos, pero también los de la totalidad de las personas con discapacidad física y en mi caso y oyendo las opiniones de dichas personas, mi opinión se queda muy corta y lejana a los comentarios globales de este colectivo. En realidad yo no muestro quejas hacia nada y nadie, creo que sé aceptar mi problema y no me gusta ir por la vida dando pena y no lo necesito. Estoy satisfecho.
A pesar de todo pienso que la raíz de estos problemas se fundamenta en la deshumanización global de nuestras sociedades.