PHOTO: OESTE SALMANTINO. JAVIER MUÑOZ.
Hace algunas semanas, estábamos algo hartos del calor sofocante que nos ha estado atacando todo el verano y parecía no dejar tregua alguna bien entrado octubre.
Me consta que en el sonido popular de las calles castellanas, se comentaba la hartura de calor que azotaba desde bastante entrado el mes de junio.
Pero la meteorología acaba por dictar su sentencia y ya comienza a dejar las primeras bajadas de temperatura, lluvias y hasta algunas nevadas y con ello el aviso de que el invierno se acerca.
El preludio de una de las estaciones más variables del año que nos transmite unas sensaciones igualmente variopintas, pero la salud se afecta inequívocamente, pasando desde estados emocionales con altibajos y que desembocan en mini-depresiones y estados de tristeza y los primeros brotes de Gripe, que dejan sus secuelas por los centros médicos.
Es cierto que el color del campo empieza a variar y si las lluvias más persistentes no llegan a tiempo, las bajas temperaturas y el correspondiente rocío matinal, transformarán el amarillo veraniego en un verde transitorio al invernal.
Nos quejábamos del calor, pero apenas han pasado algunas semanas y ya tenemos nostalgia de verano.
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