lunes, 1 de febrero de 2010

NOSTALGIA. LA VOZ DE MIRÓBRIGA.



Nostalgia
Los recuerdos de la infancia dejan huella. Cuando era pequeño, recuerdo que antes de levantarme de la cama en mi Ávila natal, podía escuchar el sonido de la calle con los coches y el sonido de las cadenas sobre sus neumáticos, que era patognomónicos de una nevada nocturna.
Era la década de los ochenta, donde las nevadas en la capital abulense eran muy típicas y abundantes, dejando bellas estampas blancas durante días y a veces semanas.
Mis paseos al colegio con unas botitas azules que me llegaban hasta las rodillas, a veces insuficientes para las cantidades de nieve que se acumulaban en las calles.
Obviamente caminaba por las propias carreteras en las calles, porque a veces eran caminos intransitables para los coches.
Era feliz viendo esos caminos llenos de nieve, porque sabía que en el patio del colegio Diocesano, situado en el centro de la ciudad, jugaríamos elaborando trineos caseros, donde disfrutaríamos de unas mañanas agradables y muy frías.
Recuerdo que al caerme por las calles, que era muy frecuente, antes de pararme a pensar si me había dañado la caída, primero miraba a todos los lados para asegurarme de que nadie me hubiera observado y mi grado de vergüenza cobrase protagonismo.
Los niños éramos así y primaba la vergüenza sobre los daños.
Son estampas de nostalgia y que en estos gélidos días de invierno afloran al recuerdo.
Con una imagen poco habitual desde las cercanías de Santiago de Compostela os dejo con el recuerdo de que la nieve puede llegar a lugares inhóspitos.

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http://www.lavozdemirobriga.es/

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