Cuando se aproximan las fechas del día de todos los santos y del día de difuntos, es siempre bueno pararse a reflexionar que nuestro camino por la vida es limitado y más corto de lo que podemos pensar.
Durante estas fechas los cementerios se visten de gala y parecen florecer, fruto de los miles de familiares que escondemos en ellos a nuestros seres queridos.
Es muy bonito y tierno poder verlos tan floridos y engalanados.
Pero siempre en estos días, quizás el lado simbólico desde mi punto de vista nos ofrece la vertiente más comercial y por desgracia la que menos me gusta.
Muchas familias piensan que el día de todos los santos es para comprar flores, dar un paseo al cementerio y depositarlas junto al ser querido.
En muchos casos y por desgracia, esto se ejecuta como un gesto automático que se realiza para que los familiares de los nichos o tumbas cercanas no comenten unos de otros, pensando que los vecinos no recuerdan a su familiar, porque éste no tiene flores.
Puede ser el aspecto más triste y frío de estas fechas.
Para mí los símbolos tienen su importancia dentro de unos límites.
Me produce más nostalgia el regresar a la infancia mentalmente y recordar aquellas imágenes más representativas, en mi caso de mi padre a quien ya nunca volveré a ver.
A pesar de todo, muchos días pienso que todavía está conmigo, camina a mi lado, me protege o quizás me esté esperando en algún lugar cercano.
A pesar de no verlo, puedo sentir su presencia y no me gusta ir a buscarlo o a poner flores a un lugar en una fecha determinada, porque no creo que esté allí y poco o nada me importa lo que piensen los familiares de otras personas que dejen flores en las tumbas de alrededor.
Queridos lectores, me despido invitando a todos a pensar que además de los símbolos externos, es mucho más importante pensar en nuestros seres queridos y sentirlos cercanos a nosotros.
Desde San Felices de los Gallegos, os dejo esta fotografía que significa nostalgia y sobre todo, recuerdos.
Puede ser el aspecto más triste y frío de estas fechas.
Para mí los símbolos tienen su importancia dentro de unos límites.
Me produce más nostalgia el regresar a la infancia mentalmente y recordar aquellas imágenes más representativas, en mi caso de mi padre a quien ya nunca volveré a ver.
A pesar de todo, muchos días pienso que todavía está conmigo, camina a mi lado, me protege o quizás me esté esperando en algún lugar cercano.
A pesar de no verlo, puedo sentir su presencia y no me gusta ir a buscarlo o a poner flores a un lugar en una fecha determinada, porque no creo que esté allí y poco o nada me importa lo que piensen los familiares de otras personas que dejen flores en las tumbas de alrededor.
Queridos lectores, me despido invitando a todos a pensar que además de los símbolos externos, es mucho más importante pensar en nuestros seres queridos y sentirlos cercanos a nosotros.
Desde San Felices de los Gallegos, os dejo esta fotografía que significa nostalgia y sobre todo, recuerdos.