Un camino entre raíles
Ya de todos es sabido que siempre me gustó comparar la vida con el viaje de un tren. Estos recuerdos se afianzan más en los cambios de estaciones (en el caso actual del invierno a la primavera), porque en ese billete virtual de la vida que todos hemos comprado y que nos lleva a través del mundo imaginario desde una estación de ferrocarril a otra, bien puede ser metafórico el poder relacionarlas. No se sabe muy bien el porqué la entrada a la primavera y al otoño suelen ser anímicamente tan importantes, pero lo cierto que es que existen acentuados cambios en nuestros estados de ánimo en estas fechas.
La vida entre raíles es como un camino imaginario en el que os pretendo hacer una reflexión de una parada en una estación de tren en nuestra vida como ha podido ser la entrada en la primavera. Eso me lleva al recuerdo de mi etapa de adulto joven cuando una madrugada subí al tren para recorrer el trayecto desde Ávila hacia Madrid y me situé en el último vagón desde donde podía ver el viaje en sentido inverso. Ese día pensé como la vida se nos escapa sin que podamos remediarlo, como si pudiera ver nuestro viaje de la vida desde el punto inverso. Observaba como los paisajes se quedaban detrás. Pude contemplar el amanecer entre los raíles y cada parada en cada estación era un mundo diferente, paisajes diferentes, personas diferentes. El viaje me resultó apasionante, pero es verdad que cuando el tren paraba en las estaciones, era cuando más pensabas en lo que ibas dejando por detrás y en el trayecto que te faltaba por recorrer. Quizás nunca nos paramos a pensar cuantas estaciones recorreremos, cuantos paisajes podremos observar, cuantas personas conoceremos o en definitiva que nos deparará esta corta vida, pero lo cierto que mitad realidad mitad imaginación nuestra vida a veces parece un camino entre raíles.
Ya de todos es sabido que siempre me gustó comparar la vida con el viaje de un tren. Estos recuerdos se afianzan más en los cambios de estaciones (en el caso actual del invierno a la primavera), porque en ese billete virtual de la vida que todos hemos comprado y que nos lleva a través del mundo imaginario desde una estación de ferrocarril a otra, bien puede ser metafórico el poder relacionarlas. No se sabe muy bien el porqué la entrada a la primavera y al otoño suelen ser anímicamente tan importantes, pero lo cierto que es que existen acentuados cambios en nuestros estados de ánimo en estas fechas.
La vida entre raíles es como un camino imaginario en el que os pretendo hacer una reflexión de una parada en una estación de tren en nuestra vida como ha podido ser la entrada en la primavera. Eso me lleva al recuerdo de mi etapa de adulto joven cuando una madrugada subí al tren para recorrer el trayecto desde Ávila hacia Madrid y me situé en el último vagón desde donde podía ver el viaje en sentido inverso. Ese día pensé como la vida se nos escapa sin que podamos remediarlo, como si pudiera ver nuestro viaje de la vida desde el punto inverso. Observaba como los paisajes se quedaban detrás. Pude contemplar el amanecer entre los raíles y cada parada en cada estación era un mundo diferente, paisajes diferentes, personas diferentes. El viaje me resultó apasionante, pero es verdad que cuando el tren paraba en las estaciones, era cuando más pensabas en lo que ibas dejando por detrás y en el trayecto que te faltaba por recorrer. Quizás nunca nos paramos a pensar cuantas estaciones recorreremos, cuantos paisajes podremos observar, cuantas personas conoceremos o en definitiva que nos deparará esta corta vida, pero lo cierto que mitad realidad mitad imaginación nuestra vida a veces parece un camino entre raíles.
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