ATARDECER EN MIRÓBRIGA...
Ya se va notando el nuevo cambio de horario, los días son más cortos, las noches más largas y parece que el otoño se ha instalado definitivamente en nuestras vidas.
Son quizás los períodos del año más nostálgicos, porque las hojas de los árboles comienzan a caer y es una etapa crítica para las depresiones, la tristeza y la melancolía.
Hemos tenido un verano largo y tal vez demasiado caluroso.
El fuerte calor y los largos días nos han acompañado en nuestra rutina diaria, pero sin darnos cuenta se ha marchado en un abrir y cerrar de ojos, a pesar del gran mes climático en octubre.
He paseado éstos días por los campos del oeste salmantino para poder ver los contrastes del verde de los campos con el marrón y amarillo de las tristes hojas de nuestros árboles que lloran el final de su vida.
Quizás por eso es el período más gris de algunos de nuestros enfermos crónicos.
Queridos amigos, que la tristeza no se apodere de vosotros, tenemos que recibir el invierno con la alegría del paso de las estaciones, tenemos que continuar viendo la lluvia para poder disfrutar de la nostalgia.
Es una buena temporada para recorrer nuestra comarca y yo esta vez me he detenido en la ribera del Águeda, al atardecer, para contemplar con nostalgia el maravilloso paisaje y recordar que la nostalgia del otoño es triste, pero muy bella.
Tenemos que intentar disfrutarla lo máximo posible.
Javier_sección_nostalgia.
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