martes, 7 de septiembre de 2010
No dejemos morir a las hadas
EL PUERTO DE LA MOLINERA CAMINO DE SAUCELLE. SALAMANCA.
Desde que era pequeño, sabía que llevaba un hada dentro de mí, pero con el paso de los años me fui olvidando de ella, no la recordaba y cuando quise buscarla ya no estaba conmigo...
Con el paso del tiempo y los años, era como si los sueños se hubieran comido algunos de los recuerdos más codiciados de mi infancia.
Hace unos meses, paseando por el "Puerto de la Molinera", en Salamanca y en las proximidades de Saucelle, pude recordar que Hans C. Andersen, decía que las hadas estaban en el Saúco.
Es un árbol muy típico de la zona que alterna con otros muchos como la encina, roble, etc..
Lo cierto es que pasear por estos parajes me hizo recordar el hada que llevaba dentro.
Siempre me protegió, pero a veces no la había cuidado lo suficiente y me pareció que se hubiera muerto, algo que nunca debería haber permitido.
En estos bellos caminos me ha parecido volverla a encontrar posada en un árbol, esperándome, pero recelosa de volver conmigo por haberla olvidado durante tanto tiempo.
A veces nos comportamos con egoísmo, nos olvidamos de quien nos protege, incluyendo el hada que llevamos dentro, lo cual las hace entristezer y abandonarnos.
Ahora pienso que no se mueren, simplemente se marchan a bellos parajes y esperan que algún día volvamos a recuperarlas.
En mi paseo me he reencontrado con ella y es como si volviera a renacer la ilusión.
No estaba en un saúco, estaba en una encina posada y triste, pero el reencuentro ha sido esperanzador, me ha reavivado el alma interna, y me invita a reflexionar que debo volver a cuidarla, porque quizás si volviera a marchar, ya no tenga oportunidad de volver a recuperarla nunca más...
Y es que si su tristeza es muy grande, podría marchar por un camino equivocado que le puede hacer morir para siempre de tristeza...
Cuento imaginario de Javier Muñoz.
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